Bioshock Infinite sufrió graves problemas de desarrollo

 


Mientras estamos expectantes por saber qué ocurre con el futuro de la saga Bioshock, ahora, más de siete años después del lanzamiento de Bioshock Infinite, llegan noticias bastante poco agradables sobre el desarrollo del valorado shooter que puso el fin a la trilogía, con una aventura protagonizada por Booker DeWitt y Elizabeth. Sí, como imaginar, el crunch está alrededor del último desarrollo dirigido por Ken Levine.


El periodista Jason Schreier, de Bloomberg y conocido por sacar a la luz este tipo de casos en libros como Sangre, Sudor y Píxeles, ha estado haciendo un trabajo sobre el proceso de Bioshock Infinite y, parece que tras la recreación de Columbia, su universo y personajes, los desarrolladores tuvieron que aguantar bastantes meses de crunch intensos con el objetivo de lanzar el videojuego en la fecha prevista.


En el portal Polygon podemos ver algunos extractos de todos los problemas de desarrollo del juego. Muchos apuntan a Ken Levine, el director de la saga -excepto de la segunda entrega-, al que muchos de sus antiguos empleados catalogan como un "genio", pero también indican los problemas que tenía para comunicar sus ideas y liderar un proyecto con más de 200 personas a su cargo.

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